Que una persona recurra al botiquín o a las droguerías farmacéuticas en Perú para automedicarse con el tratamiento que considere adecuado y sin la intervención por parte del médico (ni en el diagnóstico de la enfermedad, ni en la prescripción o supervisión del tratamiento), no está exento de riesgos. Aun así, es un hábito muy común en nuestra sociedad, solemos utilizar productos farmacéuticos ante alguna posible enfermedad o para calmar alguna dolencia como: Problemas gástricos, dolor de cabeza, tos, alergias, etc. Sin considerar el riesgo o las consecuencias para nuestra salud.
La OMS ha manifestado que la automedicación, en países como Perú, podría darse por la deficiente cobertura de los sistemas de seguridad social, por el sistema socioeconómico y el aumento de la publicidad de los medicamentos. Según El Ministerio de Salud (Minsa) aproximadamente el 55% de la población nacional se automedica, de este porcentaje el 46,87% indica que su fuente de información son sus familiares o conocidos, y 71% no tiene conocimiento de las consecuencias que acarrea el automedicarse.
Ciertamente, el desempleo, falta de acceso a la atención sanitaria, la escasa disponibilidad de información, la deficiente educación sanitaria, así como la intervención de los familiares y amigos que ofrecen una alternativa basada en su propia experiencia, constituyen factores prevalentes en la automedicación.
Muestra de ello, es la toma de analgésicos para calmar cualquier tipo de dolor, el consumo de suplementos vitamínicos o la toma de antibióticos sin prescripción ante la sospecha de una infección.
De hecho, existen medicamentos que no necesitan receta médica, denominados especialidades farmacéuticas publicitarias o EFP y son de fácil acceso. Aun en estos casos, deberíamos tener en cuenta que, si los productos farmacéuticos son EFP y se venden sin receta, no quiere decir que sean inocuos y no puedan resultar perjudiciales en determinadas situaciones, ya que no dejan de ser medicamentos.
Autodiagnosticarse una enfermedad y automedicarse con el objetivo de mejorar nuestro estado de salud, es exponer a nuestro organismo a efectos adversos, como: Dolor de cabeza, náuseas, diarrea, urticaria, somnolencia … E incluso a consecuencias más graves:
- Intoxicación.
- Resistencia a los antibióticos.
- Dependencia y adicción a los fármacos.
- Enmascarar u ocultar una enfermedad real.
- Agravamiento de la dolencia y, en algunos casos, hasta la muerte.
Ante estos malos hábitos, en Droguería Cobefar SAC. Creemos en la importancia de crear conciencia para adoptar hábitos adecuados con respecto al uso responsable de los medicamentos o productos farmacéuticos, teniendo en cuenta acciones sencillas que pueden ayudar al público a ser menos propensos a la automedicación:
- Tomar las medicinas solo si han sido recetadas por un profesional de la salud y en la dosis indicada.
- En el caso de niños, mujeres embarazadas, madres lactantes, personas con enfermedades crónicas y adultos mayores, consultar siempre al médico antes de tomar un medicamento.
- A la solicitud de recomendación de algún fármaco, aconsejar que lo mejor es acudir al profesional de la salud.
- No seguir el tratamiento indicado a familiares o amigos, así hayan tenido los mismos síntomas.
- Antes de adquirir fármacos publicitarios sin receta, pedir el consejo de un médico o farmacéutico.
- Comprar los medicamentos en farmacias autorizadas, o por internet en sitios web legales.
- Conversar de forma abierta con familiares, amigos y vecinos sobre las consecuencias de automedicarse.
Por último y no menos importante, debemos mantenernos informados y comprender que los medicamentos tienen componentes que pueden generar complicaciones y poner en riesgo la vida por un mal uso, por ello es importante no automedicarse y consumir medicamentos o productos farmacéuticos con responsabilidad.
Fuentes:
