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¿Es viable un embarazo saludable cuando se tiene VIH?

Lo que hace un tiempo era una utopía, hoy es una realidad gracias a los avances médicos y el uso de productos farmacéuticos antivirales. En 1996, se dio la revolución de los de los nuevos tratamientos antirretrovirales (ARV) y, con ellos, la progresiva constatación de que indetectable es igual a intransmisible, es decir, la certeza clínica de que, cuando una persona está en tratamiento antirretroviral y tiene la carga viral indetectable durante un tiempo determinado, no puede transmitir el virus. Este avance en el tratamiento del VIH, es el punto de partida que ha posibilitado que la reproducción entre parejas serodiscordantes (uno de ellos tiene VIH y el otro no) se haya simplificado al máximo y cada vez sea más habitual la gestación de una forma segura para la madre y sobre todo para el bebé.

Hoy las mujeres seropositivas pueden tener hijos libres de la infección por el VIH, siempre que sigan su tratamiento de forma correcta y tengan los niveles de virus indetectables. Estudios demuestran que mientras no se lleve un control minucioso previo y durante la gestación, la tasa de transmisión vertical (entre la madre y el bebé) oscila entre el 15% y el 45%, mientras que, con un adecuado asesoramiento médico durante el embarazo, el parto y la lactancia, esta tasa es actualmente inferior al 2%. Gracias a diferentes intervenciones que incluyen el tratamiento antirretroviral para la madre, la administración de medicación para el bebé durante las primeras semanas de vida, la realización de cesáreas programadas o la lactancia artificial.

Además de la transmisión vertical, en el caso de parejas discordantes, puede existir riesgo de infectar a la pareja mientras se busca el embarazo. Es importante mantener la carga viral indetectable en la sangre mediante el tratamiento. Ya que, en situación de indetectabilidad el riesgo de transmisión sexual del VIH es prácticamente nulo.

En caso de que sea el padre quien no tenga el virus controlado y se quieran tener hijos biológicos igualmente, también hay maneras de evitar que el VIH pase a la pareja. Un procedimiento muy utilizado es el lavado de esperma, en el que una máquina separa el líquido seminal, que es lo que puede transportar el virus, de los espermatozoides. Otra posibilidad para evitar la infección durante la búsqueda del embarazo es que la mujer tome medicación con productos farmacéuticos antirretrovirales de manera preventiva, un tratamiento llamado profilaxis preexposición (PREP).

Aunque tener una carga viral indetectable siguiendo un tratamiento con productos farmacéuticos antivirales también reduce el riesgo de transmisión durante la lactancia, desafortunadamente ese riesgo no es cero, existen algunos casos en que los bebés se infectaron durante la lactancia, a pesar de que la madre tenía una carga viral indetectable. Algunos médicos, temen que incluso un riesgo muy bajo pueda resultar excesivo cuando afecta a la salud del niño, por lo que no recomiendan la lactancia materna, otros, sin embargo, sugieren que se les dé a las mujeres toda la información disponible para que ellas puedan tomar una decisión informada, y que se les brinde apoyo para que continúen con el tratamiento contra el VIH, sin importar la decisión que tomen sobre la lactancia de su bebé.

Para concluir, hoy contamos con las herramientas para poner fin a la epidemia, mantener a las personas que viven con el VIH sanas e incapaces de transmitir el virus y mantener a las personas VIH negativas a través de la PrEP y la profilaxis posterior a la exposición PEP.

Es importante derribar las barreras de la estigmatización para infundir esperanza y concientizar de que tener una carga viral indetectable significa que las personas viviendo con el VIH y que siguen tomando sus medicamentos no transmitirán el virus a sus parejas o a sus hijos.

 

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